¿Dónde han desaparecido las 12 piedras?

¿Dónde han desaparecido las 12 piedras?

Prácticamente, todo niño judío sabe y conoce los relatos del éxodo de Egipto y la apertura del Mar Rojo, y la pregunta “Ma Nishtaná” (¿Qué hay de diferentes esta noche?”), y casi ninguno de todos ellos ha escuchado acerca de estas 12 piedras lisas del milagro del cruce del Iardén-¿por qué?

Las 12 piedras que fueron levantadas del Iardén, son sin duda alguna piedras lisas del torrente del agua, que no son similares a las piedras de la parte seca, deberían ser usadas como “testimonio entre ustedes” (Versículo 6) para las próximas generaciones, cuando los hijos habrán de preguntar y recibirán la respuesta-“por tierra seca cruzó Israel este río Jordán” (Versículo 22); todo el capítulo aparece como un claro paralelismo con el signo del servicio de Pesaj, y sobre las preguntas de los hijos en las próximas generaciones acerca del éxodo de Egipto (Shemot capítulo 12, versículos 25-27; capítulo 13, versículos 8-10, 14-16)

Y he aquí que, prácticamente todo niño de Israel sabe y conoce los relatos del éxodo de Egipto y la apertura del Mar Rojo, y la pregunta “Ma Nishtaná” (¿qué hay de diferente esta noche?), y casi ninguno de ellos escuchó acerca de las 12 piedras lisas recordatorias del milagro en el cruce del Iardén-¿por qué?

Dos respuestas:

a. Yehoshua no tenía el poder de legislador como Moshé, y por ello sus instrucciones no pudieron ser aceptadas como un mandato para todas las generaciones-todos los paralelismos con Moshé, con la semejanza en el milagro y el liderazgo no fueron suficientes para otorgarle a las 12 piedras, la fuerza de ley; los hijos de Israel eran respetuosos de Yehoshua y aceptaron su liderazgo “todos los días de su vida” (Versículo 14), pero no más allá de eso. A pesar de que no hayamos escuchado ninguna objeción ni rebelión contra el liderazgo de Yehoshua, y de ese modo lo superó a Moshé; no obstante tras la muerte de Moshé quedó su Torá, mientras que tras la muerte de Yehoshua comenzaron las grandes crisis.

b. El pueblo de Israel retornó y fue exiliado de su tierra, y todo el Pesaj queda vigente como recordatorio del éxodo de Egipto y la aspiración a concretar la reunión de las diásporas. Mientras que el control de Yehoshua sobre la tierra se desvanecía en la conciencia y la memoria, junto a la concertación del pacto en el monte Eval, a excepción de la lectura de una Haftará (del próximo capítulo, el capítulo 5) en el primer día festivo de Pesaj; el pueblo errante en “el desierto de los pueblos” (Yejezkel capítulo 20, versículo 35), prefirió adherirse a la entrega de la Torá en el desierto, y no podía preservar en su corazón la “santidad de Yehoshua” en las llanuras del Iardén y en la tierra concreta.

Gentileza del sitio 929.

Volver al capítulo