Becerro de oro

Becerro de oro

Ya nos hemos detenido someramente sobre el "EGEL HAZAHAV”, el primer pecado del pueblo judío, el becerro de oro. Es notable aquí la influencia egipcia, de los animales sagrados, sin embargo debemos detenernos aquí sobre sus particularidades y peculiaridades.

Diversos investigadores observaron que los "becerros" u otros animales sagrados no en todas las religiones eran considerados sagrados en sí, muchos por el contrario los consideraban  como el "trono" o "pedestal" del dios, y así vemos en muchas representaciones paganas a los  dioses montados o parados sobre animales, como leones, toros u otros, y este es también el  sentido que el Egel-Hazahav tomó en el pueblo judío. Y esto también resalta si nos detenemos en un análisis sobre los versículos de esta Parashá (XXXII-1-6).

“Y vio el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, le dijeron a Aaron: "Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porqué a este Moisés, aquel varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos que le haya acontecido".

“Y Aarón les dijo: "Apartad los zarcillos de oro que están en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos”. Entonces todo el pueblo apartó  los zarcillos de oro que tenían en sus orejas y trajeronlos a Aarón, el cual los tomó de manos de ellos, y los formo con buril, é hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron:

“Israel estos son tus dioses que te sacaron de la tierra de Egipto”.

Y viendo Aarón, edificó un altar delante del becerro, y pregonó Aarón y dijo: “Mañana será fiesta ante el Señor”.

Y se levantaron el día siguiente y ofrecieron holocaustos y sacrificios, y se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levanto a regocijarse".

La Torá comienza describiéndonos los sentimientos del pueblo: "Y vio el pueblo que Moshé tardaba en descender del monte". El pueblo esperaba impaciente en medio del desierto, en el que sin el conductor se hallaban perdido, el retorno de Moshé (debemos recalcar que Moshé significa "el que saca o salva”...), Moshé era el que siguiendo los dictados divinos guiaba al pueblo, y ahora ésto iba a faltar! Y el pueblo se reúne ante Aarón, y le ordena "Levántate! y haznos dioses que vayan delante de nosotros”. Y el pueblo repite la causa, Moshé "aquel varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le ha acontecido”. El pueblo especifica: “que nos ha sacado de la tierra de Egipto”.

El ídolo que ellos exigen, no es un dios, sino solamente un guía en el desierto, un instrumento para que influencies divinas desciendan sobre el pueblo.

Aarón trata de calmarlos y apaciguarlos, trata de aplazar y postergar lo que el pueblo exige, y tal es el sentido de lo que él exige, los zarcillos de oro. El exige los zarcillos de las orejas de las mujeres, hijas e hijos (verso 2), en cambio el pueblo le trae los “zarcillos de oro de sus orejas”, este contraste nos muestra que los intentos de Aarón no prosperaron, y el pueblo se apuró en construir el becerro de oro, y Aarón no tuvo más remedio que continuar aquello que había empezado. Más nuevamente debemos recalcar que la intención primera del pueblo y la de Aarón vieron en el Eger solo un "instrumento". El pueblo en cambio al ver el becerro exclama:

"Estos son tus dioses que te han sacado de la tierra de Egipto".

El Talmud se detiene sobre éste versículo:

“אלמלא וי"ו של העלוך נתחייבו שונאיהם של ישראל כליה"

"Si no hubiese sido por el Vav de "Heeluja”, es decir por el plural (estos.....tus dioses….han sacado) hubiesen debido los judíos ser exterminados,Jalila”. (Sanhedrin LXIII, 1).

Los Jajamim nos indican el verdadero sentido del pecado del pueblo. El pueblo no incurrió en el politeísmo tal como este es entendido generalmente, pues todos tenían aún presente la Revelación del Sinaí. El Egel era empero considerado un símbolo de la divinidad y el pueblo la considera poseedora de propiedades mágicas. (Este es el sentido del "plural").

"Y vio Aarón", Aarón hace una última tentativa, Aarón hace un altar, y proclama "Fiesta ante el Señor será mañana”.

חג לד´ מחר

Nuevamente la postergación, y la especificación:

"Fiesta ante el Señor", pero el pueblo no puede ser ya refrenado y la celebración termina en una orgía ("regocijémonos", significa las sensuales ceremonias primitivas).

Así termina la descripción de lo que sucede entre Aarón y el pueblo. Estas conclusiones nuestras corroboran al analizar todas las distintas citas y expresiones de esta Parashá. El Profesor Cossutto verbigracia nos muestra que la expresión: '"Que te ha sacado de la tierra

Egipto” se halla repetida 7 veces en estas Parshiot (XXXII, 1,9,7,8,11,23; XXXIII1), y esta repetición en base al número 7, número ya característico, tiende a llamar nuestra atención    sobre su objeto, y sobre el sentido del becerro de oro.

La Torá no oculta el "error" de Aarón, pero recalca que no fue un “pecado", sino un "error". Aarón es llamado como sacerdote, lo que no deja lugar a dudas sobre su integridad religiosa, su error se debió quizás a su afán de pacificación y apaciguamiento. No fue pues un pecado de politeísmo, sólo se olvidó el precepto divino que prohibía toda clase de "intermediarios" y "representaciones". La culpa de Aarón fue la de haber "dado lugar” al pecado del pueblo.

En el Mishkan había ya un trono celestial, es el de los Kerubin que se hallaba encima del arca de la ley. Este era el verdadero trono del Señor, de un Señor empero, elevado e invisible ante los ojos carnales. Pero por el contrario, los Kerubin, simbolizando los ángeles, eran solamente símbolos. El Rambam nos dice que los dos Kerubin simbolizaban por contraste la Unidad del Todopoderoso. Y en efecto los Kerubin simbolizaban el mundo espiritual, y la Elevación suprema del Señor.

El carácter de los Kerubin no daba lugar a dudas, pues como no tenía existencia física, su carácter espiritual era indudable, pero el "buey", por ejemplo, tenía existencia real, y así vemos como muchos pueblos lo divinizaron como símbolo de la fertilidad. Este fue según algunos pensadores, el error de Aarón.

Si nosotros retrocedemos a la Parashá Itro, comprenderemos el significado de diversas    Mitzvot.

"Vosotros habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros. No hagáis conmigo dioses de plata, ni dioses de oro os haréis. Altar de tierra hará para mí y sacrificaras sobre él tus holocaustos y tus sacrificios, tus ovejas y tus vacas en cualquier lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nombre, vendré a ti y te bendeciré”.

Aquí se halla realmente la prohibición del Egel. Luego del Maamad Har Sinai, vienen las palabras divinas. Ds' ha hablado del cielo, con los hijos de Israel sin intermediarios de ninguna especie, sin Solos ni fetiches, y por ello:

"No hagáis conmigo dioses de plata, ni dioses de oro os haréis”. No es únicamente la    prohibición de hacer "dioses", sino de hacerlos "conmigo”, es decir, figuras que transmitan las influencias divinas sobre el pueblo, y esto habíamos visto, había sido el pecado de los judíos en el Egel Hazahav. A pesar de no poder detenernos aquí detenidamente sobre ello, debemos observar que esa es la causa del precepto del "altar de tierra", sin ningún trabajo humano (o piedra no labrada), es decir que son innecesarias todas las formas materiales, construcciones, etc., para hallar al Señor, y por ello son las palabras divinas,

בכל מקום אשר אזכיר את שמי

אבא אליך ברכתיך

”En todo lugar donde recuerde mi nombre vendré a ti y te bendeciré”. Este era como habíamos visto el sentido del Mishkan.

Es interesante por último destacar la relación existente entre el Egel del Midbar y los de Jerobám, el rey de Israel. También allí, en el Sefer Melajim (Reyes), el Tanaj recalca en diversas oportunidades que habla una gran diferencia entre el pecado de Jerobám y el de Ajab. 

Este último introdujo el culto de los dioses fenicios a instancias de su esposa Izebel. Jerobám, por el contrario, sólo construyó los bueyes sagrados. Su idea fue la de alejar al pueblo del santuario de Yerushalaim donde estaban los Kerubin, y establecer otro trono para el Señor, pero todo símbolo material induce en el politeísmo, y ese fue también el error y el pecado de  Jerobám, que tuvo carácter netamente político.

Es interesante observar que Jerobám llamó a sus dos hijos Abia y Nadab como los dos hijos de Aarón muertos por haber introducido "fuego extraño”, al santuario. En este hecho se nota también la intención rebelde de Jerobám.

Pero estos hechos nos ilustran significativamente para juzgar exactamente el verdadero significado del pecado del Egel Hazahav. El Egel Hazahav fue un peldaño en la elevación espiritual del pueblo, el pueblo pecó, pero de su pecado se elevó para corporizar la más pura y ética de las creencias.

 

 

 

 

 

 

 

 

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