Comprender que la guerra no es ideal

Comprender que la guerra no es ideal

En el relato de la guerra contra Biniamín, no queda claro quién ha recibido el apoyo divino: si fue el pueblo de Israel-¿por qué el pueblo fue derrotado en dos ocasiones?; y si lo recibió Biniamín, ¿por qué, en definitiva, fue aniquilada gran parte de la tribu?

 

Los comentaristas nos recomiendan prestar  atención al hecho de que el pueblo de Israel, que está confiado en la justicia de su camino, no le consulta a Dios si es que debe luchar contra Biniamín sino “¿Quién de nosotros subirá primero a la guerra contra los hijos de Biniamín?”. El significado de ello es que el pueblo de Israel contempló la guerra contra Biniamín como una obviedad. En la segunda ocasión, le pregunta el pueblo a Dios: “¿Tornaré a pelear con los hijos de Biniamín mi hermano?”, y al respecto, el comentarista Malbim expresa (versículo 23):” porque ya habían partido y se hallaban frente a Guibá y lo único que faltaba era dirigirse y aproximarse a la ciudad”. Es decir, una vez más el pueblo volvió a contemplar la guerra contra Biniamín como algo necesario, pero ya con algunas vacilaciones.

 

Sólo en la tercera vez, en la cual el pueblo plantea expresamente la posibilidad de dejar de luchar contra Biniamín (Versículo 28), Dios responde en forma clara: “Subid, que mañana Yo lo entregaré en tu mano”. Solamente después de que el pueblo comprende que la destrucción de una tribu de Israel no debe ser considerada como algo obvio, Dios les da su consentimiento y autorización para castigar a Biniamín y su promesa de que habrán de salir airosos de la guerra, mientras que en las dos primeras ocasiones, no fue dada ninguna promesa de esas características.


 

Editado por el equipo del sitio del Tanaj

Gentileza de la revista “Megadim” publicada por Tvunot

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