Ejecuciones-no entre nosotros

Ejecuciones-no entre nosotros

Los Sabios han recurrido a un método por el cual las sentencias de muerte deben evitarse debido a los errores que pueden llegar a ocurrir. La pena de muerte queda en manos de Dios.

En este capítulo figuran diez sentencias de muerte con lapidación-sorprendentemente, actualmente podemos observar y ver con nuestros propios ojos cómo se ve, en las acciones de la organización Estado Islámico.

En la etapa final del segundo Beit Hamikdash (Gran Templo) los “Tzdukim” (Saduceos) y algunas de las sectas de la época lideraron una línea de principio de apegarse al texto como tal, y en particular en referencia a los castigos corporales (“ojo por ojo”) y ejecuciones.

La mayoría de los Sabios los enfrentaron a ellos, diciendo (Mishná Makot, final del capítulo 1)-“Un Sanhedrín que mata una vez por semana (siete años) es denominado rudo; Rabí Eleazar Ben Azariá dice: {Incluso} una vez en setenta años! Rabí Tarfón y Rabí Akiva dicen: si estuviéramos en el Sanhedrٕín, no resultaría muerta ninguna persona”.

Así también se expresaron algunos de los Sabios, que la pena de muerte con lapidación del “Ben Sorer Umoré (un hijo díscolo y rebelde)  nunca ocurrió ni ocurrirá”, y tampoco una guerra de exterminio contra “una ciudad “Nidajat”, una ciudad apóstata no sucedió ni sucederá” (Sanhedrín 71, carilla 1)

Estos Sabios leyeron este capítulo (y otros similares) de un modo totalmente diferente-

La muerte es el castigo apropiado para los adúlteros y adúlteras y los servidores del Molej, pero está más que claro que cuando se ejecuta a alguien también hay errores, y no es posible afrontar siquiera una sola vez la culpa de “una persona íntegra y un Tzadik no mates” (Shemot, capítulo 23, versículo 7, y el comentario de Rashi en el lugar. Al fundarse el Estado de Israel, fue realizada una sentencia de muerte en un juicio de campo. El Gran Rabino Herzog lideró la exigencia que fue aceptada para la anulación de la pena de muerte en Israel.

En el mismo capítulo se explicita una solución- “pero si ocultar ocultare -el pueblo del país (los dueños de las parcelas y el poder)- sus ojos de aquel hombre…al no darle muertey yo dirigiré Mi furor contra aquel hombre y su familia, y lo truncaré a él “(Versículos 4-5)

Las penas de muerte quedaron en manos de Dios.

Gentileza del sitio 929

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