El comienzo de un liderazgo consolidado

El comienzo de un liderazgo consolidado

Tolá hijo de Pua y Iair el Guiladí son descriptos en forma breve, pero justamente son ellos los primeros jueces auténticos, que llegan a un estado de calma y estabilidad política prolongada.

En el capítulo 10, en la mitad del libro Shoftim (Jueces), aparecen dos figuras misteriosas y oscuras:

“Y después de Abimelej levantóse para librar a Israel, Tolá hijo de Puá, hijo de Dodo, varón de Issajar, el cual habitaba en Shamir, en el monte de Efraim. Y juzgó a Israel veintitrés años, y murió, y fue sepultado en Shamir. Tras él se levantó Iair, de Guilad, el cual juzgó a Israel veintidós años. Éste tuvo treinta hijos que cabalgaban sobre treinta asnos, y tenían treinta aldeas, que se llamaron: “Aldeas de Iair” hasta el día de hoy, las cuales están en la tierra de Guilad. Y murió Iair, y fue sepultado en Camón” (Versículos 1-5).

A partir de una primera lectura parece que Tolá hijo de Puá es una figura sumamente menor a la que no se le ha atribuido ningún logro significativo. No hay nada referido a él a excepción del hecho de que fue un juez y fue sepultado. Sin embargo, es una figura clave, y ello debido a que es el primer juez auténtico. Por primera vez fue citado acerca de una persona que juzgó a Israel a lo largo de una época, y no solamente que venció al enemigo y logró la calma en materia de seguridad. Tolá tiene una ciudad capital y una base geográfica, y él es quien comienza con el principio de un liderazgo político prolongado a lo largo de un período. Precisamente el hecho de que no es un líder militar carismático sino una figura más callada y gris, destaca la estabilidad que logra y la revolución gubernamental que lidera.

Después de él vino Iair el Guiladí, y profundizó el proceso. En referencia a él, el texto se centra en sus hijos y en sus carros. En otras palabras, vemos aquí el desarrollo de un mecanismo de allegados y beneficios que les son entregados. Para el hombre moderno, saciado de burocracia e impermeable al hábito de aprovechar el poder en beneficio personal, resulta difícil expresar algún buen concepto sobre el mecanismo burocrático o acerca de los allegados al gobierno. Y sin embargo, si pensamos en la alternativa opuesta, o sea la anarquía gubernamental y una sociedad que no tiene en absoluto una mano que la guía, comprenderemos muy bien cuál es el mal menor y que no debe ser repudiado y cuál es la realidad peligrosa que abandona al individuo y lo deja a merced de los violentos. El desarrollo del mecanismo a cargo de Iair señala la  consolidación  y profundización de un gobierno ordenado, y allí radica su importancia. Por consiguiente, el texto se ocupa de destacar esos hechos a partir de los asnos de sus hijos y no ve en ello un dato poco relevante.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj

Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica “Har Etzion”

 

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