El tabernáculo,sitio de reposo de la divina presencia

El tabernáculo,sitio de reposo de la divina presencia

La salida de Egipto, y la legislación de los Mishpatim estaban destinadas a un único fin: la santidad del pueblo de Israel "el reino de sacerdotes". La liberación de la esclavitud saca al pueblo judío de la opresión material y espiritual, lo libra del peligro de asimilación externa. La legislación divina lo eleva moral y socialmente, liberándolo de la asimilación interna. Y estos dos pasos son los peldaños que llevan al pueblo a la elevación espiritual, a la "vida santa" y a la identificación con la Divinidad.

 En la Parashá "Terumá", se relata la construcción del "Mishkan", el tabernáculo y sus símbolos sacros, el arca (XXV 10-22), la sacra mesa (23-30), el candelabro (31-40) y el altar (XXVII 1-8), "Mishkan" que estaba destinado según el mandamiento divino a representar la santidad en la tierra: "Y harán para mí un santuario, y estaré entre ellos" (XXV, 8) No nace pués el santuario como exigencia de una casta sacerdotal, es un imperativo de la Divinidad, y por ello es el pueblo mismo el que entrega voluntariamente las ofrendas (Teruma), para construir con ellas el tabernáculo. El tabernáculo pues, nace del pueblo y simboliza la santidad a la que aspira, la Divinidad que está con él.

La concepción monoteísta de la Divinidad, es producto de la Revolución espiritual judía Las concepciones paganas se basaban en el politeísmo y el antropomorfismo. Veían ellos Ud., con ojos carnales, y todas las manifestaciones de la naturaleza tenían para ellos el significado de actos humanos

El paganismo era sólo, una edición evolucionada del antiguo animismo, es decir de la primitiva concepción que veía en todos los sucesos naturales, como el yo y el trueno, seres con conciencia. El monoteísmo, abate estos falsos ídolos, y proclama que la naturaleza es la.manifestación de las leyes impuestas por el Creador. Para el paganismo, los dioses son idénticos con los sucesos naturales, el Judaísmo, Ds’ es superior a la naturaleza, pues es su creador. La naturaleza cambia, evoluciona, nace y muere, es materia. Ds’ es inmutable por lo tanto es un ser espiritual.

 El tiempo y el espacio son propiedades materiales, Ds’ por lo tanto está por encima de ellos. Nuestros jajamim dice: "El es el lugar del Universo, no siendo el Universo su lugar"; es decir, Ds’ es el origen del lugar, más él solo, está por encima de la materia y por lo taza del tiempo y del lugar. Sin embargo ordena Ds’ construir un santuario, más proclamado “Y harán para mí un santuario, y estaré entre ellos” (XXV, 8). No escribe la Torá “estaré en él” sino “estaré entre ellos”, para enseñarnos la verdadera intención del Santuario.

 La Torá está completamente libre de las concepciones  Antropomórficas; es cierto, se refiere a veces a Ds’ con términos humanos: "su diestra!, "sus ojos" "su brazo", más nuestros sabios han dicho: "Dibrá Torá Kilshon Bnei Adam": La Torá, ha usado una nomenclatura humana", pues su principal objetivo es, no el conocimiento filosófico de Ds’, sino la identificación del alma con él. La incorporeidad de Ds’ es uno de los "Trece principios" de Maimónides, más la Torá no ha evitado usar tales alegorías, repetidas luego en el Talmud y el Zohar, pues con ellos se expresaban los supremo valores del judaísmo.

El judaísmo ha considerado siempre a Ds’ infinitamente superior al mundo, y por ello llega a la concepción de que los preceptos divinos, no están destinado a la Divinidad, sino al hombre. El hombre con sus pecados no quitará nada de la perfección del señor, más, se hundirá a sí mismo en el abismo del mal. “Lo nitnú Mitzvot ela letzaref bahem et habriot” : “las Mitzvot fueron dadas para perfeccionar con ellas al individuo”, y no para servir, a la manera pagana, a la Divinidad. Ds’ no necesita de santuarios, sacrificios o plegarias, por eso es que si ellas no están acompañados con la voluntad, ni ejecutados con el corazón no tienen ningún valor para él,  "Ds’ mira el corazón". Y es de tal manera como Ds’ ordena construir un santuario. "Harán para mí un santuario";  Rashi, el exegeta tradicional, explica instantáneamente “para mí”: “para  mi gloria” Y así es como se explica el precepto Divino: "Y estaré entre ellos".

El Santuario no está destinado a la morada de Ds’, como dice Salomón, al construir el Templo "Acaso morarás,  Ds’, sobre la tierra, cuando el cielo y los cielos de los cielos no te contendrán, más aún, esta casa que yo he construido" (Reyes I-VIII, 27). Más, el santuario está destinado para el pueblo,    es su casa de oración, y principalmente es la demostración, que Ds’ y su Providencia siempre lo acompañan. Es el santuario un símbolo de que el Ds’ de la vida, está con Israel. Puede el hombre llegar a creer en Ds’, gracias a su entendimiento. "Los cielos relatan la gloria del Señor,  y sus actos proclama el firmamento", podemos ver la Divinidad en el más recóndito lugar del Universo, pero ese Ds’ al que hemos llegado está lejos de nosotros. La Torá por el contrario, nos enseña que Ds’ está con sus creyente, y que quien lo busca, lo puede encontrar.

 En cada uno de nosotros, existe una chispa de fuego divino, y cada une de nosotros puede "ver" a Ds’. Es por  eso, que la Torá manda al pueblo judío que sale de Egipto construir el tabernáculo que los acompañe en su travesía en el desierto, simbolizando e Ds’, que siempre los vigila. Y es por eso, que la construcción del Tabernáculo debía ser efectuado por el pueblo todo, no debía ser Construido por un imperativo exterior

Sino por un impulso interior que nace del corazón: “Habla a los hijos de Israel, y traerán para mí sus ofrendas,, de todo aquel a quien su corazón le impulse". Es interesante observar sin embargo, que los basamentos del Mishkan "Adanim", estaban hechos por una contribución Obligatoria de "Majatzit Hashekel" (XXX,13), igual para todos ricos o pobres. Nuevamente vemos el momento social, y la idea que las cuestiones materiales son secundarias. Ante Ds’ son todos Iguales, y el pueblo entero debe elevarse a la Divinidad. Proclamó la Torá, que ya que todos los hombres poseen el alma divina, todos, filósofos y necios, ricos y pobres deben buscarle, y cada uno debe a la manera del pueblo judío edificar en su corazón un santuario, en el que more la Divinidad, significando que está siempre Consciente de que Ds’ lo acompaña en todas las vicisitudes de la Vida, y sus ideales siempre le guían.

El Midrash, que contiene la exégesis de los Tanaitas y Amoraitas, nos relata que los Jajamim buscaban el versículo básico de la Torá. Ben Zuna lo halló en él: “Oye Israel, el Señor es nuestro Ds’, el Señor es uno” y Ben Nanas, dice “Y amarás a tu prójimo como a ti mismo”, he  aquí el principio general. Ben Pazi dice, poseemos una verdad. Superior: “El primer sacrificio harás a la mañana, el segundo al anochecer”. Y el Midrash concluye: Entonces exclama Rabí (Rabí Yehuda Hanasí: redactor y compilador de lo Mishna) "Parecen las palabra de Ben Pazi más que las de todos Uds.”; pues está escrito: “Como todo lo que te muestro, cual la forma del tabernáculo y la, de sus enseres; y así procederéis”.

 El hombre debe construir en sí mismo el santuario, el centro del santuario eran el arca, con las dos tablas de la ley que contenía, y de la misma manera debe el hombre en el centro de su ser poseer la Torá. El primer paso hacia la perfección, es el “Shema Israel”, la convicción en las verdades religiosas de la Torá, en el monoteísmo y en la moral, en la Creación y Providencia. Más existe un segundo peldaño, sobre el que Ben Nanas se detiene, la realización práctica de los principios religiosos-morales, y es a partir de ahí que Ben Pazi proclama como supremo fin e ideal el auto sacrificio. El Altar (Mizbeaj,- simboliza la suprema perfección moral e Interna, cuando ya el individuo ha plegado las dos primeras fases: moral y social.

 El hombre debe llegar, como Rabí Akiva el gran mártir de la fé, a la disposición de llegar a rendir culto a Ds’ con la propia vida. A Ds’ hay que servir, como dice la Torá: "Bejol Levavja bejol Nafshejá, ubjol Meodeja" : “Con todo tu corazón, toda tu alma y todo tu poder”. “Tu corazón” he ahí tus ideas, "con todo tu poder", he ahí el dinero, dicen los Jajamim, es decir debes servirle con la Justicia social, y con toda tu alma, he ahí el posterior  sacrificio: "aunque te quite la vida". El santuario es pues un símbolo de la Santidad, de la Providencia y del hombre. El santuario debe ser construido por el pueblo de Israel todo, y por cada individuo en su corazón. El centro del santuario era el arca. Así debe ser la Torá lo primordial en la vida judía. No debe ser la Torá algo más en su existencia, debe llenarla toda. Y a ello se llega por su estudio “Talmud Torá Renegad bulam”: "el estudio de la Torá ocupará a los demás preceptos. Hoy en día comprendemos lo trascendental que es la instrucción pública, el se ha convertido en una imperiosa necesidad, más eso ha sido gracias a que conscientemente o no se han extendido los principios judaicos. Los verdaderos guardianes de una ciudad son sus maestros"; dicen los jajamim, pues está escrito: "Si Ds’ no cuidara la ciudad, inútilmente la guardará el vigía". De la misma manera, si quiere el hombre cuidar su propia fortaleza, debe basarse sobre "Talmud Torá", más este concepto no significa “instrucción" es decir un estudio mecánico sino "educación", es decir la asimilación de los principios morales y religiosos, que se deben transformar en parte misma del hombre; por eso está escrito: "Desde la destrucción del Santuario posee el Todopoderoso en ésta tierra solamente las cuatro varas de la Halajá (Ley)".

 

ANTOLOGIA:

 "Y harán para mí un santuario....". (XXV, 8). Para mí, es decir para mi nombre; todo lo que hacéis, la construcción del santuario, vuestra santidad, no debe tener otro objetivo que el de mi gloria. Hacedlo por el nombre de Ds’, y no por vuestra fama o ventura (Malbim)
 "Pues mi casa, casa de oración será para todos los pueblos...." (Isaias LVI, 7). Lo que para los pueblos es sólo una casa de oración debe ser para ti tu casa: un hogar.    (Rabbi Aaron Levin: Hadrash Veaiun).
 "Y harán para mí un santuario...". "Ds’, nuestra morada ha sido de generación en generación" (Salmos 90). La verdadera protección, la verdadera morada la haya el judío en la casa de Ds’, en decir en la Torá. A pesar de estar el pueblo judío en la Diáspora material y espiritual, la Torá significa para él la extraterritorialidad, pues era un trozo de la Eretz Israel espiritual
"Y yo morar entre ellos....". No está escrito "Y yo moraré", sino "Y yo morar entre ellos", para decirte que el Santuario cuando el pueblo de Israel está alejado del Creador, no tiene ninguna importancia (Ketav Sofer).—

 

 

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