La construcción de la casa

La construcción de la casa

División del capítulo:

Versículos 1-10: El esqueleto de la casa

Versículos 11-13: La palabra de Dios a Shlomó

Versículos 14-38: Descripción del interior de la casa
1. Versículos 1-10: El esqueleto de la casa

Estos versículos describen la construcción del esqueleto de la casa y las galerías (pequeños compartimentos construidos sobre las paredes externas y que aparentemente eran utilizadas para almacenamiento-ver capítulo 7 versículo 51).

La comparación entre el Templo de Shlomó y el “Mishkán”, el Tabernáculo descripto  en el libro Shemot revela algunas diferencias:

La dimensión de la casa es el doble de las dimensiones del Mishkán: mientras que el Mishkán tenía una medida de 30 por 10, aquí se trata de una medida de 60 por 20.
En el versículo 3 hay una descripción del pórtico, que no tiene paralelo en el Mishkán.
Los versículos 5-6 también describen elementos que no conocíamos del Mishkán. Se trata de galerías y cámaras laterales. Aparentemente, las galerías, eran depósitos para las distintas necesidades del Templo. En cuanto a las cámaras laterales, el comentarista Rashi explicó que son las galerías y el versículo finaliza de un modo similar a su inicio. El Tirgum Ionatan explicó que hace referencia a las paredes que separaban entre las galerías.

En el versículo 7 hay una descripción general del modo de construcción. La descripción comienza y termina con las palabras “Y la casa, en su construcción/ mientras se estaba edificando y señala que no se oye ningún ruido de hierro en el marco de la construcción de la casa. Las piedras fueron colocadas en las canterías, fuera del ámbito del monte. De este modo, Shlomó amplía la prohibición de la Torá mencionada en el libro Shemot, capítulo 20, versículo 21 (y también en Devarim, capítulo 27, versículo 5. Y así también hizo Yeoshua en el altar del monte Eival, en el libro Yehoshua capítulo 8) que prohíbe esculpir, modificar o preparar las piedras del altar con instrumentos de hierro. Allí, la Torá fundamenta dicha prohibición en el contraste existente entre el altar y un instrumento que es utilizado para asesinar.

2. Versículos 11-13: La palabra de Dios a Shlomó

Estos versículos separan entre la descripción del esqueleto externo y la descripción del interior de la casa. El contenido de los conceptos de Dios es que el establecimiento de la Divinidad en el Templo está supeditado a las acciones. Debe tenerse en cuenta la redacción del texto que comienza con una especie de frase de apertura: “En cuanto a esta casa que estás edificando”. Una vez que Shlomó termina la construcción del esqueleto externo, la estructura grande e impactante, Dios le dice que la casa externa enorme e impresionante no es lo importante sino su contenido, el hecho de que se establezca en ella la Divinidad, y eso ya depende de sus acciones.

3. Versículos 14-38: El interior de la casa

La descripción es difícil de comprender por lo cual solo realizaremos una observación puntual.

Los versículos 23-28 describen la realización de los querubines. Shlomó construye unos querubines diferentes a los del Mishkán, el Tabernáculo. Los querubines construidos por Shlomó tienen una altura de dies codos y la longitud de cada una de sus alas es de cinco codos y no se hallan sobre el Arca sino en el piso. Así, los querubines, que son un símbolo de la revelación de la Divinidad, se convierten en parte de la casa y no son móviles. La idea de la permanecia de la Divinidad en el Beit Hamikdash, el Gran Templo, se pone de manifiesto también en la descripción del Arca en el capítulo 8, en ocasión de la inauguración del Mishkán. Shlomó introduce el Arca bajo las alas de los qurubines y el texto señala: “Pues eran tan largas las varas, que se dejaban ver los extremos de las varas desde el Santuario, enfrente del Santísimo; pero no se dejaban ver desde más afuera” (capítulo 8, versículo 8). Nuevamente, los varales no son utilizados para transportarlo (Shemot, capítulo 25, versículo 15). A continuación, en el capítulo 9 encontraremos que Dios le aclara a Shlomó que la Divinidad no queda fija en un sitio del Templo, sin condiciones. En el caso que el pueblo cometa algún pecado o transgresión, la Divinidad se alejará.

 

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