A pesar de que el libro Yehoshua pertenece a los profetas, posee una significativa importancia. Esto se ve reflejado particularmente en el capítulo 20, en el cual aparece una cuestión halájica innovadora, similar a las secciones de la Torá.

El capítulo 20 se inicia con las palabras: “Y habló El Eterno a Yehoshua, diciendo” (Versículo 1). Una apertura de estas características ha sido citada numerosas veces en la Torá, a Moshé Rabenu, pero nunca le fue expresada a los profetas, con la excepción de nuestro capítulo.

¿Cuál es el significado de esta singular apertura?

Primero- una expresión como esta de Dios a Yehoshua, en el mismo estilo con el que se dirigía a Moshé, lo posiciona a Yehoshua en un nivel elevado, próximo a Moshé Rabenu, y esencialmente diferente al nivel de los otros profetas. Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria, expresaron el nivel particular de Yehoshua con la expresión: “De no ser por el hecho de que el pueblo de Israel ha pecado, hubieran recibido solamente el pentateuco y el libro Yehoshua” (Nedarim 22b).

Segundo- el capítulo 20 del libro Yehoshua es especial en su contenido a diferencia del resto de los capítulos del libro, debido a que se haya en él una cuestión halájica, similar a las cuestiones halájicas de la Torá. Por consiguiente, precisamente en un capítulo de estas características resulta adecuada una apertura similar a la apertura de cuestiones similares en la Torá.

Conforme a ello, se puede explicar un versículo adicional nada simple al final del libro Yehoshua (Capítulo 24, versículo 26): “Y escribió Yehoshua…en el libro de la Ley de Dios”. ¿Qué es lo que escribió Yehoshua en el libro de la Ley de Dios? Según una de las opiniones de Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria (en el Tratado Makot 11a), hace referencia a la escritura alusiva a la cuestión de las ciudades de refugio, y aparentemente Jazal manifestaron eso ya que se trata de una temática halájica al igual que las cuestiones halájicas existentes en la Torá.

Además de ello, la cuestión de las ciudades de refugio en el libro Yehoshua, no es tan solo una repetición de la cuestión de las ciudades de refugio de la Torá, sino que también incluye una interesante innovación:

“Y huirá (el homicida involuntario) a alguna de aquellas ciudades, y se presentará en la puerta de la ciudad, y dirá sus causas ante los ancianos de aquella ciudad: y ellos le recibirán consigo dentro de la ciudad, y le darán lugar para que habite con ellos” (Versículo 4)

De acuerdo a este versículo, antes del ingreso del homicida a la ciudad de refugio, los ancianos de la ciudad realizan un “mini juicio”, en el cual resuelven si es que puede ingresar a la ciudad. Pues entonces, la cuestión de las ciudades de refugio en el libro Yehoshua representa un complemento singular a la temática de las ciudades de refugio en la Torá, por ende, era necesario escribir nuevamente al respecto en el libro Yehoshua, y por ello también tiene un inicio especial, adecuado a las cuestiones de la Torá.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj.

Gentileza del sitio VBM Academia Rabínica “Har Etzion”.