Los traidores y los leales

Los traidores y los leales

En este capítulo, David se ve obligado a afrontar la traición de Abshalom y de su asesor allegado, Ajitofel. Pero, he aquí, que en el marco de la fuga, al ascender a la parte superior del Monte de  los Olivos, David se encuentra con gente que permaneció  fiel a él, a pesar de que ello no era una obviedad.

El capítulo 15 relata acerca de la gran traición de Abshalom, quien se rebeló contra su padre. Junto a Abshalom, el texto describe a otra figura que traicionó a David-Ajitofel el Guiloní (12). A partir de la continuidad del relato, aprendemos sobre la importancia de esta figura: al notificar a David acerca de la traición de Ajitofel, eleva una plegaria especial-“Y David dijo: ¡Oh Señor! entontece el consejo de Ajitofel” (versículo 31), y luego, le pide a Jushai el Arkí que se quede en Ierushalaim y anule el consejo de Ajitofel (versículo 34). Al llegar Abshalom a Ierushalaim y consultar acerca del consejo de Ajitofel, el texto señala: “El consejo que Ajitofel daba en aquellos días era como si uno consultara la palabra de Dios” (capitulo 16, versículo 23).Pero, en contraste con estos traidores que provocaron que David tuviera que escapar rápidamente de la ciudad, el texto nos presenta, en el marco de la descripción de la fuga y la salida de la ciudad, una serie de encuentros  entre David y diversas personalidades, que permanecieron fieles a David, aun cuando ello no era una obviedad.

Primero, el texto describe a los combatientes que abandonan la ciudad con David y parten junto a el: los Keritim y los Pelitim, una fuerza militar especial (algunos sostienen que se trataba de la guardia del rey), y también los “Guitim”, que se tratan claramente de mercenarios. El texto describe el diálogo entre el líder de este grupo, Itai el Guití, y David, que recuerda mucho el episodio de Rut y Naomí: David intenta convencerlo de que se está poniendo en riesgo en vano en guerras que no tienen que ver con él, pero Itai se niega a abandonar: “Pero Itai respondió al rey, y dijo: Vive el Señor y vive mi señor el rey, ciertamente dondequiera que esté mi señor el rey, ya sea para muerte o para vida, allí también estará tu siervo” (versículo 21). El texto destaca el hecho de que justamente el no judío, el extranjero, permanece leal a David, mientras que su hijo, de su propia carne, lo traicionó.

A continuación, el texto describe a otro protagonista, israelita, que permaneció fiel a David: Jushai el Arkí, a quien David envía a anular el consejo de Ajitofel. Es posible que también su lealtad destaca más aún la traición de Abshalom: la familia Arkí es de la tribu de Biniamín (Yehoshua, capítulo 16, versículo 2). Esta tribu, que perdió la corona, tenía todas las razones para alegrarse con la caída de David, y como efectivamente ocurrió, al reunirse David con Shimí, hijo de Guerá, de la familia de Shaúl, que lo insulta (capítulo 16, versículos 6-8). Y nuevamente, el hombre ajeno, (en esta ocasión, israelita), permanece leal mientras que el hijo y el consejero cercanos, lo traicionaron.

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