Calamidad (Versículo 1)

El versículo inicial del capítulo continúa la calamidad descripta en el capítulo anterior: “Shomrón será castigada, porque se ha rebelado contra su Dios; caerán a espada; sus párvulos serán estrellados, y sus preñadas, rajadas” (Versículo 1).

La renovación del pacto (Versículos 2-9)

Dios insta a Israel a retornar a Él “¡Vuelve, oh Israel, al Señor, tu Dios, porque has caído por tu iniquidad!” (Versículo 2). El pueblo se da cuenta de que no es Ashur (Asiria) quien lo salvará sino Dios. En respuesta a ello, Dios “curará” al pueblo” Yo sanaré sus apostasías; los amaré de pura gracia: porque Mi ira se ha apartado ya de él (del pueblo)” (Versículo 5) y en los versículos siguientes el profeta describe el amor de Dios por Israel, utilizando la figura de la vegetación y del mundo de la naturaleza “Yo seré como el rocío a Israel; echará flores como el lirio, y ahondará sus raíces como (cedro en el) Levanón. Los que se sentarán bajo su sombra volverán de nuevo a cultivar el trigo, y florecerán como la vid, y su renombre será como el del vino del Levanón (Versículos 6-8). Efraim le dice a Dios “¿Qué tengo yo ya que ver con los ídolos? (la idolatría) y Dios le responde “Yo le responderé, y le observaré; le seré como ciprés verde: procedente de Mí será hallado tu fruto” (Versículo 9). Es decir, Dios estará por siempre con Israel.

Cierre del libro (Versículo 10)

El libro concluye con una frase sabia “¿Quién es el sabio que entienda estas cosas, el prudente que las conozca? Porque rectos son los caminos del Señor, y los justos andarán en ellos; pero los transgresores en ellos caerán” (Versículo 10).