Se despiden y lloran

Se despiden y lloran

Al igual que el discurso triste y emotivo de Shmuel, así se despide otro líder en otra época, un poco más próxima a la actual. Y por sobre todo, los dos, no quedaron en deuda con nadie. 

 

El discurso de la síntesis y la despedida del profeta Shmuel, es muy emotivo y triste-Al igual que Moshé y Yehoshua, él relató la historia desde el éxodo de Egipto y hasta su período, e hizo escuchar una estruendosa reprimenda moral (con una tormenta de truenos en la época de la cosecha). Lamentó el régimen libre de los Jueces bajo el reinado de Dios, y también se percibe en él el dolor personal por el rechazo a su familia, y por los cargos en contra de ellos (“Y mis hijos, he aquí, están con vosotros”; versículo 2). 

 

No obstante el pasaje más emotivo es el resumen personal, previo a la historia y a la ética-“¿A quién he quitado buey o a quién he quitado asno? ¿A quién he oprimido o a quién he favorecido? ¿De mano de quién he tomado soborno para cegar mis ojos con él? Testificad y os lo restituiré” (Versículo 3). Como Moshé Rabenu ante la rebelión de Datán y Aviram.  (Bamidbar capítulo 16, versículo 15), Shmuel se ve forzado a salir en defensa de su vida y obra ante el pueblo, la diferencia es que Moshé lo hizo por medio de una plegaria a Dios, y Shmuel exigió el testimonio de parte del pueblo-en efecto, el pueblo dio testimonio de la pureza en las acciones del profeta. 

 

En la última carta de Biniamín Zeev Herzl al pueblo judío (Ver en mi libro, “El milagro de la reunión de las diásporas”, ediciones Tel Aviv, páginas 229-230), que fue escrita con el corazón quebrado, a la luz de la división y la fragmentación del movimiento sionista que quebró su corazón, y a la luz de la pérdida de la posibilidad (entonces, en 1940) del acuerdo de las potencias para la masiva inmigración y el establecimiento de un “Hogar Judío” en la tierra de Israel-“ debido a que no quisieron, el hecho quedó como una leyenda en este tiempo”-escribió Herzl: 

 

A pesar de que muchos lucharon en mi contra y se burlaron de mí, y visto y considerando que incluso mis detractores no pudieron calumniarme diciendo que yo buscaba o encontraba en este movimiento  (el sionista) beneficios materiales para mí, pude sobrellevar los ataques indignos en silencio. Por otra parte, he recibido mi paga mucho más allá de  lo que correspondía con el amor de mi pueblo…no quedaron debiéndome nada. Este es un pueblo bueno, no obstante, desafortunadamente, es también un pueblo muy desgraciado. Dios, ayúdalo en la continuidad. 

 
 

Gentileza sitio 929 

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