Una doble moral

Una doble moral

 El texto describe ampliamente la maldad de los hombres de la ciudad Guibá e incluso compara sus actos con los de la gente de Sedom. Sólo que el marido que clama contra la deshonestidad, también él se comportó con tremenda crueldad. Por la fuerza se salvó a sí mismo por medio de la concubina, concilió su sueño sin que nadie lo molestara y a la mañana “descubrió” a su concubina sin vida en la puerta de su casa.

El hombre llegó a la ciudad de Guibá con su concubina al oscurecer y nadie lo invitó a pernoctar en su casa. El Leví expresó su angustia a los habitantes de la ciudad y trató de lograr su adhesión, incluso él inventó una nueva razón para su marcha y le agregó una corona de reverente temor celestial: “Y voy a la casa del Eterno” (Versículo 18), a fin de despertar la misericordia de ellos.

El texto presenta la indiferencia de los hombres de la ciudad de Guibá hacia los huéspedes en contraste con la hospitalidad y las buenas acciones habituales en Israel desde tiempos remotos y la hospitalidad a la que el hombre se hizo acreedor en la casa de su suegro. No obstante, el pecado de los residentes en Guibá no quedó reducido solo a la indiferencia hacia los visitantes, también se levantaron para abusar y culminaron con un asesinato, con violencia y una verdadera sodomía.

Sin embargo, también la reacción del esposo amante al estar en apuros es extremadamente decepcionante. En lugar de ponerse en riesgo y luchar por su vida, le entregó su concubina a la multitud para salvar su pellejo. Cuando la gente de la ciudad de Guibá rechazó la propuesta del hombre anciano, se levantó el esposo y la llevó por la fuerza para salvarse a sí mismo.

 

La cobardía  del esposo y su traición son despreciables y su gravedad se incrementó al revelarse que lo que le sucede a la concubina en el exterior no lo perturbó para dormir. No se preocupó por lo que le pudiera pasar a ella ni compartió su pesar. El texto describe cómo, por la mañana, el esposo “descubrió” a su concubina yaciendo en la puerta de acceso a su vivienda, al salir de la misma, y cómo la invitó a levantarse e irse como si nada hubiera sucedido.

 

El hecho de que precisamente él convoca a todo el pueblo de Israel para la guerra contra la ciudad de Guibá deja un sabor amargo. Su conmovedor llamamiento impone una revisión: ¿Acaso sus manos están limpias del pecado, y acaso su firmeza contra Biniamín no surge de una doble moral a raíz de lo que le hizo a su concubina?
 

Editado por el equipo del sitio del Tanaj, del libro “Oz Vaanavá-Iyunim beYehoshua veShoftim”, publicado por Midreshet Hagolán.

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