La gente de Efraim representa a aquellos que adoran dioses extraños. El debate entre ellos e Iftaj se da alrededor de la cuestión de quién salva a Israel: Dios o las personas y sus ídolos.
La queja de la gente de Efraim a Iftaj recuerda la queja de ellos a Guidón (Capítulo 8, versículos 1-3)
Iftaj sacrificó a su hija sobre el altar del reconocimiento de Dios como salvador, y ahora llegan los hijos de Efraim y preguntan por qué no los convocaron a ellos para colaborar (para salvar), y amenazan: “Nosotros quemaremos tu casa a fuego sobre ti” (Versículo 1). Sus palabras son muy discordantes a la luz del hecho de que hace un instante fue relatado que Iftaj ofrendó a su hija como sacrificio, es decir ¡quemó a su hija¡
Iftaj les responde con furia y de inmediato sale a la guerra contra ellos, enfrentamiento en el que caen 42.000 hombres de Efraim.
A nuestro criterio, tanto en el episodio de Guidón como en este, los varones de Efraim representan a los paganos.
A la luz de ello, los conceptos de Iftaj cobran un doble sentido.
En el inicio del episodio de Iftaj Dios le dijo a Israel:
“Y clamaron a Mí y los he librado de sus manos” (Capítulo 10, versículo 12)
E Iftaj les dice a los varones de Efraim:
“Y clamé a vosotros, y no me salvaron de sus manos” (Capítulo 12, versículo 2)
En esta instancia Iftaj se dirige a los representantes de “los dioses que han elegido” (Capítulo 10, versículo 14), y presenta como si fuera sus argumentos hacia los otros dioses: a Dios le clamamos y Él nos ha salvado, pero a ustedes les he clamado y no han salvado.
También la utilización del singular: “Viendo pues que no me defendían, puse mi vida en mi mano, y pasé contra los hijos de Ammón, y el Eterno los entregó en mi mano” (Versículo 3)-plantea la posibilidad de entender sus palabras como si se dirigieran a cualquier otro dios.
Una mirada adicional para ello es el enfrentamiento entre la no salvación de la gente de Efraim y la salvación de Dios:
“Viendo pues que no me defendían, puse mi vida en mi mano, y pasé contra los hijos de Ammón, y el Eterno los entregó en mi mano” (Versículo 3).
Dice Iftaj: tú no has salvado, entonces salí a la guerra y ¡Dios salvó!
El texto formula los conceptos de un modo a través del cual el lector podrá ver qué hubiera sucedido si efectivamente Israel ejecuta “la propuesta” de Dios de ir y clamar a los dioses que han elegido (Capítulo 10, versículo 14). Dichos dioses no habrán de ser útiles ni ayudarán, y así también sus representantes-sus adoradores.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj.